QUERÉTARO
22/11/17
Tropicalísimo:
Las tropicales de Pedro Infante
“…Y
sin embargo vives unida a mi existencia; y si vivo cien años, cien años pienso
en ti”
RED 113
MICHOACÁN/Arturo Arteaga
Querétaro,
Querétaro.- 22 de noviembre de 2017.- José Pedro Infante Cruz, nacido el 18 de
noviembre de 1917, es uno de esos personajes complejos cuando de reseñar vida y
obra se refiere. Páginas y páginas, tinta hasta la exageración ha corrido para
conmemorar la música, la vida privada y lo público del ídolo mexicano de la
canción vernácula, aquel que un día de abril, hace ya 60 años, lamentablemente
dijo adiós. Pero en estas fechas, a 100 años de su nacimiento, queremos
incluirnos en uno de esos intentos por recordar a Pedro Infante, nuestro Pedro,
el Pedro de Latinoamérica, aquel señor oriundo de Mazatlán, Sinaloa y que,
dicen, tenía mujeres por montón (se dice que el paradisíaco Tequisquiapan, en
el estado de Querétaro, era uno de sus destinos preferidos por motivos de ésta
índole).
Así,
Tropicalísimo se rinde a los pies del “Ídolo de Guamúchil” recordando aquellos
temas que escapan del género ranchero en su trayectoria y acervo musical.
Platicaremos sobre canciones de cualidad tropical en el catálogo de Pedro,
intentando mostrar que también la rumba se le daba, y bien. Algo que, por
ejemplo, Javier Solís (eterno sucesor de Infante, aunque Vicente Fernández sea
señalado como el principal exponente de la música tradicional mexicana y único
ejemplar secundario del sinaloense. Recordemos que Javier cantó en el sepelio
de Infante), realizó a la perfección interpretando temas de Agustín Lara. Sean
pues, bienvenidos a un Tropicalísimo más; agradecemos su lectura y comentarios
posteriores. A sus órdenes en arts.art8509@gmail.com
Nana Pancha
Es
a partir de la fusión del danzón y el son montuno, que en Cuba nace el Cha cha
chá, ritmo sagrado de la mano del maestro cubano Enrique Jorrín Oleaga. Bajo
las notas de este ritmo, Pedro Infante nos deleita en la película Escuela de
vagabundos (1954), comedia donde Infante hace gala de sus mejores dotes
histriónicas en el ámbito de la comedia.
El
tema de Nana Pancha, compuesto por Estela Dejosé, es interpretado por Pedro en
una secuencia de la ya mencionada película. Lo hace emulando el toque del
tambor en unas cacerolas que se encuentran sobre un mueble de cocina, sobre el
cual el propio actor da un par de golpes de clave con un cucharón y
posteriormente sobre el refrigerador, al unísono con la melodía con claros
orígenes afroantillanos.
Indudablemente,
nos es grato siquiera suponer que un buen disco de mambos y guarachas en la voz
de Pedro no habría sonado mal.
Danza Sagrada
El
tópico de la Santería, igualmente de origen afroantillano, también fue tocado
en una pieza musical interesante por el sinaloense. El tema Danza Sagrada
aparece en la película Angelitos negros (1948), dirigida por Joselito
Rodríguez.
La
canción se ensambla al ritmo del tambor, señalando a Shangó y a Yemayá,
deidades principales dentro del panteón Yoruba. Los Yorubas, por cierto, son un
grupo etnolingüístico con gran influencia religiosa y hondas raíces en Nigeria.
Su música y tradiciones llegan con la colonización en el siglo XVI y la trata
de esclavos desde África hacia América, asentando en buena medida su herencia
en Cuba, de la cual pasa a México y otras regiones como Brasil o Puerto Rico.
Aunque
parezca extraño, Pedro Infante (como ya indicamos), habló de santería y elevó
plegarías a deidades que, no lo sabremos nunca, quizá desconocía o tal vez, de
las cuales era seguidor. Reiteramos, será difícil saberlo.
Belén
Aunque
el ritmo de la melodía no es enteramente tropical, la letra de esta canción,
compuesta por Eliseo Grenet, nos permite entablar un diálogo folclórico con la
cubanía, con el habla de los afroantillanos.
Con
tu pasar tan alborota
Y
tu bemba colorá
Y
con tus dientes que
Son
file pa' pinchar
Eres
mía namá
Belén,
Belén
Porque
tienes tú
Los
ojos así
Despabilao,
Belen…
De
igual forma, este tema aparece en la película Angelitos negros. Es quizá por el
tema del racismo, de la discriminación y la no aceptación por las personas de
color, que se incluyeron temas afroantillanos en dicho filme. Nuevamente, Pedro
hace gala de su capacidad para interpretar diversos géneros con amplia calidad,
sonando casi como un buen recital del poeta nacional de Cuba, Nicolás Guillén.
Boleros
Se
dice que hacia fines del siglo XIX, el cubano José Pepe Sánchez y su canción
titulada Tristezas, dieron origen al aclamado género del bolero. Romántico como
pocos, este género también con honda tradición en el trópico ha sido llevado a
límites y cimas difíciles de alcanzar tanto en popularidad como en sentimiento.
Pedro Infante dio gala de su poderosa y emotiva voz interpretando diversos
boleros, aunque podemos considerar como los mejores El mundo, compuesto por
Enrique Fabregat; Nocturnal y su ambiente a playa, palmeras y sol, de la autoría
del potosino José Sabre Marroquín; el chileno Lucho Gatica lanza en 1957 No me
platiques más, emotivo bolero que, en la voz de Infante, alcanzó éxito
inmediato en las radiodifusoras.
Y
por último, el inolvidable bolero Cien años. Este bolero, aunque con el matiz y
génesis en el ámbito del mariachi, autoría del jalisciense Rubén Fuentes, lo
podemos considerar una de las piezas con sabor a trópico más afamadas de
Pedrito. Indudablemente la emoción que en su voz se puede sentir hace vibrar
hasta a los corazones más duros. Nostalgia absoluta.
Es
así que, esperamos haya un acercamiento de parte de las generaciones más
jóvenes a la música del gran Pedro Infante, y que si bien intérpretes de música
tropical hay muchos y la actualidad a través de géneros como el reggaetón, la
bachata o el pop y el rock en general, nos permiten disfrutar de excelentes
piezas tanto románticas como bailables, el sentimiento, la calidad y buen
gusto, aunado a una personalidad inigualable, hacen de Pedro Infante un ente
único, con piezas musicales absolutas y que, en el ámbito de la música
tropical, aportan a la música mexicana un granito de arena, sí, pero un granito
insuperable.