El encendido del fuego y el
año nuevo purhépecha
+ El próximo año será en
Huáncito, en Cañada de los Once Pueblos.
RED 113/Lamberto HERNÁNDEZ MÉNDEZ
ARANTEPAKUA (Nahuatzen), Mich.- 02 de febrero de
2016.- El año nuevo purhépecha
es una celebración que se realiza el primero de febrero, tiene como elemento
central el encendido del fuego nuevo, con el que se valora la identidad;
fundamentado en el conteo del calendario que les regía y transmitido de manera
oral sobre la observación del firmamento, en el momento que la constelación de
Orión se encuentra en el Cenit. Es también el cambio del ciclo agrícola para
los pueblos originarios.
El encendido del fuego
nuevo tuvo lugar cerca de la media noche, ante una multitud que se dio cita, un
cielo despejado y un intenso frío en la comunidad indígena de Arantepakua, en
el municipio de Nahuatzen, en la Meseta Purhépecha.
Es una celebración con la
que se revalora la identidad y que tiene como objetivo mantener y recuperar la
sabiduría y la cultura, por medio del renacimiento, la fuerza y la raíz; donde
se aplica la creencia ancestral, la cosmovisión que encierra un alto sentido de
espiritualidad y que ve en la cultura contemporánea, los elementos sagrados
antiguos que permiten recordar el origen y la manera de pensar y sentir.
Una enorme pirámide en el
centro de la plaza a donde llegaron habitantes de las comunidades vecinas con
leña y ocotes, acompañados de una banda de música. Durante todo el día, una
serie de eventos dancísticos, de pireris, poesía y torneos de uárhukua,
precedieron el encendido del fuego nuevo.
Se dice que los antiguos
purhépechas, eran poseedores de grandes conocimientos científicos, agrícolas,
culturales, religiosos, para poder medir el tiempo; tenían su calendario lunar,
un siglo constaba de 52 años, y un año constaba de 18 meses de 20 días cada
uno, a los cuales se le agregaban cinco días infaustos para sumar los 365.
En los días infaustos se
hacía un análisis, una reflexión y evaluación, al final, una ceremonia para
apropiarse de nuevas energías, por ello la regeneración del fuego.
El año pasado los
cargueros fueron la comunidad de San Francisco Uricho, municipio de
Erongarícuaro, en la ribera del Lago de Pátzcuaro; en esta ocasión tocó a la
Meseta Purhépecha y para el siguiente año, la comunidad de Huáncito, municipio
de Chilchota, en la Cañada de los Once Pueblos.