MAZATLAN
01/07/16
Vulneran
hospital de Mazatlán y asesinan a balazos a paciente
+También
hieren a su mamá y al policía que lo protegía
RED
113/PERIÓDICO NOROESTE
MAZATLÁN,
SINALOA.- 01 de julio de 2016.- La racha violenta que golpea al sur
del estado de Sinaloa alcanzó al Hospital General de Mazatlán, a donde un grupo
armado entró para asesinar a un lesionado que se había acogido al programa de
protección a víctimas del delito, y su mamá y el policía que lo cuidaba fueron
lesionados.
Con
los disparos, la sicosis se apoderó de las personas que se encontraba en el
nosocomio a esa hora.
La
víctima fue identificada como Inés Tiburcio “N”, de entre 22 a 25 años,
originario de Cosalá, donde la semana pasada resultó herido de bala en un
ataque en el que murieron cuatro personas.
De
acuerdo con testimonios, fueron cuatro los agresores, quienes no tardaron más
de dos minutos en realizar el ataque.
Otros
testimonios refieren que los agresores fueron detenidos en un filtro de
seguridad, pero sacaron sus armas y continuaron hasta llegar al área de
recuperación de cirugías, donde se hallaba Inés Tiburcio.
Incluso,
en esa área había otros ocho pacientes que convalecían, se informó.
Su
mamá trató de protegerlo
La
mamá de Inés Tiburcio, cuando vio entrar a los hombres armados, intentó servir
de “escudo”, pero no lo logró y resultó lesionada, establecen testimonios.
Primero
atacaron al uniformado, quien no pudo enfrentarlos, y después dispararon sobre
la mujer, dijeron investigadores.
“Como
vio que ‘tumbaron’ al policía, la señora abrazó al muchacho para protegerlo y
resultó con un rozón en un brazo, más que nada ella fue atendida por la
impresión”, dijo personal policiaco.
Y
mientras los criminales accionaban sus armas, el miedo se apoderó de los
derechohabientes del Hospital General.
Unos
alcanzaron a salir, pero otros se quedaron adentro en la sala de consulta
general.
Se
desata el pánico en el Hospital General
Segundos
antes del ataque, familiares consolaban o hablaban con sus enfermos. Luego, la
histeria se hizo colectiva.
“¡Eran
cuatro, llevaban pistolas, no traían cubierta la cara!”, gritó uno de los
derechohabientes.
Una
trabajadora social que revisaba el caso de otro paciente, en una cama aledaña,
fue obligada a tirarse al suelo.
Los
sujetos huyeron aventando todo y a todos, saliendo por el acceso principal, por
lo que al pasar por el área de consulta general, los usuarios del hospital
empezaron a gritar al ver las armas.
En
el área de escaleras, los hombres armados aventaron a una mujer y luego
corrieron hacia el estacionamiento del nosocomio para darse a la fuga.
En
la sala A, el llanto y los gritos seguían.
Algunos
pacientes con lesiones de gravedad, en un intento por protegerse, se aventaron
de las camas sin pensar en las consecuencias, mientras que sus familiares
permanecían tirados en el suelo.
Una
mujer que cuidaba a su esposo en la sala donde falleció el testigo protegido,
se desmayó, mientras que médicos pasantes y enfermeras sufrieron crisis
nerviosas.
El
80 por ciento del personal abandonó el hospital y todos los accesos fueron
cerrados, además de que se impidió, hasta nuevo aviso, el acceso a los familiares
de los pacientes internados.