CIUDAD JUAREZ 01/05/19
Administradora de Aduana de Ciudad Juárez concluye su
gestión
RED NORTE/Redacción
Ciudad Juárez, Chihuahua.- 01 de mayo de 2019.- La
administradora de la Aduana en Ciudad Juárez, Norma Deirdré Bazán Mayagoitia
terminó este miércoles su gestión en la Aduana de esta frontera, informaron
fuentes al interior del lugar.
Según se informó no pudo con la Aduana, ni con los
‘incontrolables’ manejos de corrupción al interior de la dependencia federal.
La funcionaria de la 4ª transformación le quedó debiendo al
‘Súperdelegado’ federal en Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa, que la
víspera, se ufanaba de la llegada y del trabajo de la administradora, que deja
Juárez, pero será llevada a la Aduana de Tijuana, Baja California.
Es decir, un enroque en el gobierno para cubrirla, en medio
de las tempestades y los señalamientos de corrupción, de una mujer que llegó al
cargo con ínfulas de poder, y con aires de libertad para hacer y deshacer, al
punto de traicionar a quienes le compartieron del generoso ‘pastel’ de la
corrupción y de miles de dólares que mensualmente y producto del contrabando
documentado, tenían como destino la Ciudad de México.
Que ironía, pero la maestra Norma Deirdré Bazán Mayagoitia,
no pudo cumplirle cuando menos en Ciudad Juárez al gobierno de la 4ª
transformación, que mantiene en el papel -aunque no en el ejercicio de la
autoridad-, al menos en lo que concierne a la Aduana Fronteriza de Juárez, las
premisas de las “Buenas prácticas de gobierno” y la “No corrupción”.
Y vaya que su llegada, por mero accidente a la Aduana, de la
que muy poca gente está enterada, generó expectativas positivas por el perfil
académico y su impecable pasado, que al decir de algunos de los operadores de
la dependencia federal, no pudo resistir a los cañonazos de billetes.
O como lo dijo hace unos días en un texto enviado a este
periodista por un viejo administrador de la Aduana, haciendo alusión a palabras
textuales citadas por el ex gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, de
que en política, no hay amigos, sino cómplices.
Y esa complicidad es la que le atribuyen por ‘error’,
desconocimiento, inexperiencia o falta de tacto político, a Norma Deirdré Bazán
que se sintió una Semiodiosa para hacer y remover entre el personal de la Aduana
Fronteriza de Juárez.
Y la maestra ha corrido con mucha suerte, y seguramente se
la debe a Juan Carlos Loera, porque extraoficialmente se va a la Aduana de
Tijuana.
Nada más para que usted tenga una idea de los movimientos de
la dependencia, en números redondos, semana a semana la Aduana de Juárez está
obligada a reportar entre 300 y 400 mil dólares, producto de la ‘polla’ y de la
corrupción del sistema.
Dicen los hombres bien enterados al interior de la Aduana,
dicen que la maestra sintió el calorcito de los billetes en sus manos y que le
gustó.
Tan así, que en las leyendas tejidas de esta breve y fugaz
historia de Norma Deirdré por la Aduana de Juárez, se cuenta que en los pocos
meses de poder, el dinero transformó –no a la maestra-, pero sí, sus gustos y
la buena vida que da el poder de la marmaja.
