miércoles, 16 de septiembre de 2020

Columna: Atención a las víctimas una simulación

Columna:  Atención a las víctimas una simulación  


Opinión 

Lorena Cortés 


Luz Elena vive en Periban, llevaba tiempo siendo víctima de violencia física y emocional por parte de su pareja, la última vez que la agredió le abrió la mejilla con un puño. 


Los golpes y las amenazas han estado presentes en su vida y con el confinamiento se agravaron. Cada vez era más violento su pareja quien llegaba borracho a su cuarto y la golpeaba amenazándola de muerte si decía algo. 


Luz Elena de 21 años, tras la última agresión y al ver en peligro a su hijo de 1 año, le hicieron tomar valor e ir a denunciarlo hasta los Reyes a una hora de distancia de su localidad. 

La denuncia termino en un acuerdo “reparatorio” que a decir de la víctima  le hicieron firmar, donde a la letra dice en la clausula primera: manifestamos que hemos decidido darnos la oportunidad de resolver pacíficamente el presente asunto y mejorar el tejido social. En otra de las clausulas del absurdo acuerdo reparatorio dice: en este momento me doy por bien pagada de la reparación del daño por el daño causado a mi persona por el delito de lesiones en razón de parentesco o relación. 


El agresor nuevamente la a acosado, burlándose por que todo quedo en la firma de unos papeles. Luz Elena, pago los gastos médicos a los que tubo que acudir por los golpes y se quedo sin la manutención de su hijo. 


El código nacional de procedimientos penales en su articulo 186 señala la capacidad que tienen las personas de celebrar un acuerdo reparatorio que en caso de cumplimiento extingue la acción penal. 


Este mismo articulo incluye la restricción expresa de celebrar un acuerdo cuando se presente un caso de violencia familiar. Sin embargo una práctica recurrente de la fiscalía es y ha sido la celebración de acuerdos reparatorios reclasificando casos de violencia familiar como otro tipo de delitos como es este caso de Luz Elena,  que reclasifican el delito por el de  lesiones en razón de parentesco o relación, lo que permite llevar el asunto a un acuerdo reparatorio sin otorgar una sanción adecuada al agresor. 


La falta de conocimiento de las victimas sobre la restricción expresa y al ser motivadas por el personal de la fiscalía al argumentar que es un proceso mas ágil y menos desgastante, terminan por firmar los acuerdos reparatorios. 


En México y en Michoacán  la violencia contra las mujeres lejos de disminuir a crecido, el país recientemente ha vivido protestas históricas para visibilizar el fenómeno,  la toma de la Comisión Nacional  de los Derechos  Humanos es muestra de que la  atención a las mujeres  víctimas de violencia es una simulación como lo retrata el caso de Luz Elena.

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