MORELIA 29/10/20
Columna “Michoacán: recuperando la Utopía”
(Tercera y última parte)
RED 113/Por Roberto Pantoja Arzola
Morelia, Mich.- 29 de octubre de 2020.- El pesimismo
es una opción personal más que una conclusión legítima y científicamente
válida. La capacidad creativa y la fuerza organizada del pueblo de Michoacán se
ha impuesto en momentos cruciales dejando legados de luz como los que quedaron
de manifiesto en los años en los que Vasco de Quiroga y Lázaro Cárdenas del Río
recorrieron este territorio.
La construcción de una agenda estratégica que agrupe
visiones y aspiraciones de muchos colectivos e individuos puede ser el factor
que detone una fuerza social de cambio que revierta las tendencias comentadas
anteriormente. La capacidad de su impacto dependerá de la aglutinación
estratégica de fuerzas que se dé en torno a ella, así como del alcance táctico
de sus luchas desde diferentes frentes. Algunas aspiraciones que podría
amalgamar este programa son las siguientes:
a. Redinamización de la actividad productiva. –
Michoacán debe aspirar a diversificar la actividad económica para fomentar
inversiones en materia agrícola, pecuaria, acuícola, minera e industrial,
potenciando estas y otras ramas, no sólo las del sector servicios. Es deseable
también que nuestra entidad cierre la brecha tecnológica que existe con
relación a otros territorios y se democratice el acceso a las comunicaciones y
la infraestructura de transporte. En este proceso debe sustituirse la visión
aspiracional del progreso en la lógica capitalista depredadora, sustituyéndola
por una que busque el bienestar y la dignidad de la gente. En este sentido, las
lecciones de la utopía cooperativista de Don Vasco pueden ser la vena que
detone una nueva economía basada en el mutualismo y la cooperación de todas y
todos.
b. Capital social para la paz. – Invertir en la
construcción de capital social debe ser el factor que impulse la pacificación
de la entidad. Para ello es necesario fomentar un clima de armonía y equidad
entre los michoacanos, un ambiente de respeto a las diferencias, así como una
reestructuración del aparato público para hacerlo más eficiente, transparente,
abierto a la participación ciudadana y acorde a las necesidades de los
michoacanos.
c. El bien vivir. – Distribuir con equidad los
beneficios del progreso es una herencia de Don Vasco y del General y forma
parte de las aspiraciones del pueblo michoacano. En este sentido, en Michoacán
se debe garantizar que todo ser humano que nazca en esta tierra tenga
oportunidades de desarrollo para él y los suyos, que goce de un ambiente
saludable y limpio, que haya respeto a su pensamiento y creencias, que tenga
acceso a la salud y la educación de calidad, que pueda ser sujeto y
protagonista de los cambios de su entorno y de su sociedad. En síntesis,
debemos aspirar a tener michoacanas y michoacanos empoderados.
d. Paz y respeto. – La convivencia armónica debe ser
el pilar del Michoacán del futuro. Un estado en el que la ley sea la norma de
convivencia y el modo de vida ordinario, en el que los ciudadanos sepamos que
violentarla tiene sus consecuencias, y que respetarla, genera un círculo
virtuoso de orden, paz y prosperidad.
e. Gobierno democrático y participativo. – La
historia de Michoacán ha sido escrita por hombres y mujeres que toman el
destino de su pueblo en sus manos y por ello es que esta capacidad acumulada
debe ser utilizada para transformar a esta tierra y lanzarla a conquistar su
futuro. De ahí que el gran recuerdo del cardenismo en la memoria colectiva es
su cercanía con la gente. La participación ciudadana da a las políticas
públicas legitimidad y eficiencia.