COLUMNA MORELIA 30/12/2020
Ágora
La encrucijada de Morena en Michoacán
Jaime Martínez Ochoa/RED 113
Morelia, Mich.- 30 de diciembre de 2020.- La
designación del candidato a la gubernatura de Michoacán se le enredó a Morena.
Los madruguetes que, cada uno con su gente, lanzaron los aspirantes Cristóbal
Arias y Raúl Morón, sólo sirvieron para revelar una realidad que ya todos
conocíamos: la confusión que priva en ese partido, tanto en el ámbito nacional
como estatal.
Tan enredadas están las cosas que se empieza a
perfilar el nombramiento de un nuevo contendiente, que podría ser una mujer o
algún integrante de la sociedad civil. Es decir, una figura que ayude a
refrescar el caldeado ambiente que se nota en ese instituto.
Más allá de que ni Arias ni Morón son candidatos
idóneos, lo cierto es que Morena no ha sabido hilar fino para tejer una
candidatura propositiva, que satisfaga las necesidades de todos los grupos.
Esto se debe, en gran parte, a que Morena carece de
una militancia sólida, pues quienes lo integran sólo están ahí por el reparto
de puestos y no porque verdaderamente tengan un compromiso con el ideario de
ese partido, si es que tiene alguno.
Si hace todavía unos meses se podía decir que Morena
tenía la gubernatura prácticamente en el bolsillo (algo que todavía se dice)
hoy las cosas ya no están tan seguras y eso se debe, en gran medida, a la falta
de decisión de la dirigencia nacional y al comportamiento de sus diferentes
aspirantes.
Podemos decir, en este sentido, que tanto Arias como
Morón se han encargado de debilitar aún más el peso de Morena, pues con sus
actitudes han propiciado una cierta desilusión entre los mismos simpatizantes.
La guerra sucia que han emprendido los dos nos ha
mostrado aspirantes poco idóneos para buscar el voto popular, con carrereas
públicas en entredicho, Arias por la señal de fracaso que ha representado casi
toda su vida política, Morón por la grisura con que ha encarnado la mayoría de
sus cargos, amén de la imagen de violencia que lo persigue desde que se hizo líder
del magisterio democrático.
Hoy Morena está en una encrucijada: o calma los
ánimos de sus aspirantes y lleva las negociaciones por la vía institucional o
deja que ese partido termine por su canibalizado por la inmensa cantidad de
gente que aspira a un hueso presupuestal.
No parece fácil ninguna de las dos medidas: en cada uno de ellas habrá ganadores y perdedores y ya se sabe que estos últimos no son fáciles de tratar, menos en un partido en el que solo se entra para ganar al amparo de la sombra del presidente.