Nobleza y bravura
sin malas ideas en los novillos de jaral de peñas en la Novillada de la Revolución
+Carlos Mauricio
triunfa, con una oreja, en la plaza monumental de Morelia
RED 113/Gonzalo
Reyes González
Imágenes/Jaime
Lagunas Sánchez
Morelia, Mich.-
21 de noviembre de 2021.- Se cumplió la novillada de
la revolución, que se convirtió en mixta, al salir del cartel el rejoneador
Marcos Bastida y ser sustituido por el aspirante a novillero Santiago Ochoa; en
la plaza de toros Monumental de Morelia. Festejo pactado para este sábado 20 de
noviembre y en punto de las 6:30 de la
tarde, se escuchó el tan taurino pasodoble Cielo Andaluz y partieron plaza a la
derecha Patricio Ochoa, al centro el aspirante a novillero y a la izquierda el
también novillero Carlos Mauricio, seguidos por los hombres de plata y los
montados, señores del castoreño, quienes bajo la dirección de los dos espadas morelianos habrían de
concretar la lidia del bien presentado encierro de la ganadería queretana de Jaral
de Peñas.
En términos
generales los novillos lucieron bien, cuajados, con trapío y armonía en sus
movimientos, en el peso adecuado y muy al estilo del encaste Parladé: fueron
acometedores y bravos al engaño y nobles en sus embestidas, pero les faltó un
toquecito para redondear las faenas y acreditarse los premios; les faltó mando,
decisión y poder para hacerlos humillar, ya que el toreo en lo alto, hacía que
salieran de la reunión a la muleta con la cabeza levantada y con algún sesgo de
distracción, a pesar del empeño que les pusieron los novillero morelianos, que
eso si mostraron determinación para enfrentar la bravura y casta de este
hierro, que para los que entienden del comportamiento de un toro bravo, salieron
satisfechos.
A pesar del cambio
súbito en el cartel por la ausencia del esperado rejoneador, la asistencia a la
Monumental de Morelia, fue aceptable, aunque pudo ser mejor, si el cartel de
inicio no se hubiese modificado, un cuarto de ocupación en los tendidos de un
público selecto y una oreja, protestada para Carlos Mauricio, fue el resultado
de tan esperada tarde de toros en Morelia.
Abrió el festejo el
aspirante a novillero Santiago Ochoa, y se enfrentó a la usanza portuguesa a un
eral de Gustavo Farías, bonito de hechuras y claro y noble en sus recatadas
embestidas, el entusiasmo afloró sobre todo y las ganas de ser, el paso fue
firme sobre las embestidas del becerro y hubo momentos de duda cuando en
algunas ocasiones el becerrista fue desarmado y con peligro de una voltereta,
en el arrebato no decreció y la faena se prolongó pausadamente y con el mismo
tenor y como preámbulo de que con mucha decisión se puede llegar a figura.
Caudillo, fue el
primer novillo de la tarde noche, castaño y con 310 kilos en sus costillares;
Patricio Ochoa, lo recibió en sus terrenos y con la muleta intentó darle pausa
a la lidia pero el novillo a pesar de que acudía bien al engaño salía con la
cabeza levantada y detrayéndose al no bajar de media altura la muleta; así
transcurrió la lidia y en breves intentos por naturales el novillo seguía
mostrándose avante en cada salida de la reunión a la que acudía en cada cite,
hasta recibir un pinchazo y a la segunda prueba la estocada en buen sitio que
de cualquier forma hizo necesario el descabello para deshacerse del bovino que
mostró buenas maneras.
Su segundo fue
Revolucionario con 395 kilos de peso, negro mulato bien presentado, con armonía
en movimientos, fue noble al acudir a cuanto cite le
llamaba Patricio Ochoa: buscó el mejor lado y al parecer pasaba bien por
su izquierda: al natural pudo bordar una interesante faena, pero seguía la
muleta a media altura, lo que no permitió al novillo humillar tras las
embestidas y en los momentos de culminación como el pase del desdén que fue el
preámbulo para irse tras la espada y dejarla a la mitad y un poco trasera, lo
que fue complementado con otro descabello y así terminar su actuación que fue
agradecida con aplausos.
Carlos Mauricio,
también contó con buenos colaboradores en el ruedo, su primer novillo y segundo
del festejo llevó por nombre Doroteo, el más bonito y con tanto trapío del
festejo, negro bragado meano con 371 kilos y hechuras de un toro cuatreño, que
resulto bravo al caballo y cumplidor en la muleta, solo que de nuevo se la
pusieron a media altura, sin bajarla e hicieron que otra vez la transmisión del toro
se viera disminuida, a pesar de que acudía y pronto a cualquier cite, el toreo
al natural fue bueno al concurrir bien por ese lado, lo que prolongó una faena
de pases por la izquierda y después algunos adornos para ir tras el acero y con
tres cuartos en muy buen sitio hacer rodar al bovino, al que se le pudo haber sacado
mayor provecho.
Como fue así, con
el cierra plaza de nombre Zapata, negro saíno y con 373 kilos, al cual Carlos
Mauricio, pudo bordar interesante faena, también al natural, adornado con
molinetes y un pase del desdén que fue el preámbulo a tan buen juego que dio el
novillo de Jaral de Peñas, que al igual que sus hermanos de corrales, fue
noble, bravo y obediente a los cites y sin malas ideas, pero de nuevo la muleta
a media altura, no permitió sucumbir con éxito, tan apreciado juego del astado,
que por derecha como izquierda se dejó meter mano y acudió con presteza a cada
cite, para recibir una estocada en todo lo alto, que sin embargo resultó
defectuosa, pero que hizo rodar al noble bovino que así otorgó una oreja que
fue protestada por los que se dieron cuenta que la estocada resultó en ladeada
y que con esto acreditaron el triunfo de esta tarde noche revolucionaria a
Carlos Mauricio y los aplausos al toro en el arrastre en premio a la calidad
que mostró durante su lidia.