Inaceptable que en México persistan niñas y niños que sufren por no tener qué comer: Mónica Valdez

 Inaceptable que en México persistan niñas y niños que sufren por no tener qué comer: Mónica Valdez 

-Consideró que las políticas públicas instrumentadas bajo el criterio de la dádiva, no han aliviado el fenómeno de la marginación y la pobreza, por lo que es aberrante que persistan los decesos por hambre en México.

Es inaceptable que en México persistan miles de niñas y niños que sufren por no tener qué comer, porque un país con hambre siempre tendrá limitadas sus posibilidades de desarrollo, subrayó la diputada Mónica Valdez Pulido, integrante de la Comisión de Desarrollo Integral de la Familia en la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.

La diputada por el distrito de Zacapu consideró que las políticas públicas instrumentadas bajo el criterio de la dádiva, no han aliviado el fenómeno de la marginación y la pobreza, por lo que es aberrante que persistan los decesos por hambre en México.

“Es indudable que la pobreza y la falta de oportunidades en México se han convertido en semilla de otros grandes problemas que enfrenta nuestro país, por eso requerimos atacar la situación de raíz, porque no hay justicia cuando el hambre permanece como un gran pendiente en la agenda nacional”.

Mónica Valdez destacó que en nuestro país se dé un viraje a la política social, para que deje de ser política de limosna y se enfoque en potenciar el desarrollo integral de las regiones, partiendo de una visión que permita a las y los mexicanos a partir de su esfuerzo garantizar los satisfactores necesarios para su crecimiento.

“Lamentablemente la política de la dádiva, ha venido ahondando la falacia que por años se ha generado acerca de que el mexicano es pobre por flojo y porque no trabaja, y sólo está esperando que el gobierno le dé dinero; si de algo se caracteriza nuestra gente, nuestras mujeres y hombres es de ser trabajadores, de buscar a como dé lugar sacar adelante a los suyos”.

Consideró que en la medida que se siga viendo a la población como menor de edad, que requiere de la dádiva para salir adelante, estaremos condenando nuestras posibilidades de desarrollo, pues lejos de potenciarla se continuará prolongando un modelo que ha mostrado serias limitaciones.