viernes, 30 de mayo de 2025

El Factor C: la fuerza de la cooperación para humanizar la economía

 El Factor C: la fuerza de la cooperación para humanizar la economía



Por: Alejandro Martínez Castañeda


El Factor C en las investigaciones del académico chileno Luis Razeto Migliaro se refiere a un concepto central en su teoría de la Economía Solidaria (ES), que identifica la solidaridad como un factor productivo clave en la actividad económica. A diferencia de los modelos tradicionales que privilegian la competencia como motor del desarrollo económico, el Factor C pone en el centro la cooperación humana.


Este factor, cuyo nombre proviene de palabras que comienzan con la letra "C" (como cooperación, comunidad, colaboración, compañerismo, comunión y colectividad), representa la fuerza generada por la unión de voluntades, emociones y conciencias a favor de un objetivo común. Según Razeto, esta fuerza no solo incrementa la productividad de los factores económicos tradicionales (gestión, trabajo, tecnología, medios materiales y financiamiento), sino que también permite generar recursos económicos incluso en contextos de escasez, como los observados en iniciativas populares durante crisis económicas.


Características clave del Factor C:


Cooperación: Las personas y organizaciones logran mayores resultados cuando trabajan juntas en lugar de competir.

Confianza y solidaridad: Valores esenciales para el funcionamiento efectivo de empresas y comunidades solidarias.

Creatividad colectiva: El trabajo conjunto genera soluciones más innovadoras y sostenibles.

Compromiso ético: Las relaciones económicas se basan en principios de justicia, equidad y responsabilidad social.


Razeto desarrolló este concepto a partir de su trabajo en el Programa de Economía del Trabajo (PET) en Chile, especialmente desde 1981, al estudiar cómo comunidades marginadas lograban producir y sostenerse con recursos considerados "insignificantes" por el mercado tradicional (herramientas obsoletas, mano de obra no calificada, falta de capital). 


El académico analiza cómo el Factor C incrementa la eficiencia y rendimiento económico de proyectos solidarios. Al integrar dicho factor, una organización puede generar lo que él llama una "nueva racionalidad económica", distinta de la lógica capitalista convencional. En otras palabras, humaniza la economía porque pone a las personas, sus relaciones y valores en el centro del proceso económico, en lugar de tratar a los seres humanos como simples recursos productivos o consumidores.


El trabajador ya no es un engranaje del sistema productivo, sino un sujeto creativo, colaborativo y libre. Las decisiones económicas se toman colectivamente, dando voz a todos los implicados, reconociendo la capacidad de cada persona de pensar, decidir y construir.


De esta forma, se transforma una experiencia económica, no solo haciéndola más eficiente, sino también más humana, justa y sostenible, que es la base de la ES según el mencionado investigador, quien ha señalado que cooperar es profundamente humano: implica diálogo, escucha, confianza, empatía, ayuda mutua y responsabilidad compartida.

 

En esencia, el Factor C redefine la economía al integrar la solidaridad como un elemento productivo tan relevante como el capital o la tecnología, desafiando la lógica neoliberal que prioriza el individualismo y la competencia. Humaniza la economía porque transforma la forma en que producimos, intercambiamos y consumimos, basándola en relaciones humanas profundas, valores éticos y lógicas comunitarias, en lugar de intereses egoístas y competencia desmedida.

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