viernes, 2 de mayo de 2025

San Juan Nuevo, una experiencia exitosa de gestión colectiva

 San Juan Nuevo, una experiencia exitosa de gestión colectiva



Por: Alejandro Martínez Castañeda


En el corazón de la Meseta Purépecha, a unos 12 kilómetros de Uruapan, se encuentra Nuevo San Juan Parangaricutiro, un pueblo que encarna la resiliencia y el espíritu colectivo de su gente. Conocido como “el pueblo que se negó a morir”, su historia está marcada por la erupción del volcán Paricutín en 1943, un evento que sepultó el antiguo San Juan Parangaricutiro bajo un manto de lava y ceniza, obligando a sus habitantes a reinventarse y se trasladaron a la ex-Hacienda de Los Conejos, a 30 kilómetros del lugar original, donde el 12 de mayo de 1949 fundaron Nuevo San Juan Parangaricutiro.


Hoy, con una población de aproximadamente 20,000 habitantes, San Juan Nuevo es un modelo de desarrollo sostenible y un destino que atrae a miles de visitantes cada año.


Pero lo que caracteriza o distingue a San Juan Nuevo es su modelo de manejo forestal y organización comunitaria, reconocido a nivel nacional e internacional. Tras la erupción del Paricutín, la comunidad perdió sus tierras agrícolas, pero encontró en sus bosques de pino una fuente de riqueza. Hoy, gestiona 12,000 hectáreas de bosque templado, donde predominan especies como Pinus michoacana y P. pseudostrobus, mediante un sistema que combina aprovechamiento maderable, ecoturismo y conservación.


La Comunidad Indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro opera 12 empresas comunitarias, incluyendo un aserradero, una fábrica de muebles, resineras, una embotelladora de agua e invernaderos de arándanos. 


Estas empresas, que generan aproximadamente 900 empleos permanentes y 300 temporales al año, son gestionadas bajo un sistema de gobernanza colectiva donde las decisiones se toman en la Asamblea General de Comuneros. La transparencia es asegurada por una Contraloría Interna que evalúa los reportes financieros, y las utilidades se reinvierten en educación, salud, infraestructura (como escuelas y un hospital) y nuevos proyectos productivos. Este modelo ha permitido a la comunidad contrarrestar la deforestación, mantener una incidencia mínima de incendios forestales y aumentar la cobertura forestal, en contraste con la tendencia nacional.


De acuerdo con diferentes investigadores, el éxito de estas empresas radica en tres factores principales, a saber: 1.-Apego cultural: La identidad purépecha y el respeto por la tierra fomentan un manejo responsable de los recursos. 2.- Organización comunitaria: La toma de decisiones colectiva y la transparencia evitan conflictos y promueven el bien común. 3.- Diversificación productiva: La combinación de actividades maderables, no maderables, agrícolas y turísticas asegura estabilidad económica.


El ecoturismo es otra fortaleza del modelo. Rutas como el ascenso al cráter del Volcán Paricutín, accesible desde San Juan Nuevo, ofrecen vistas espectaculares y una conexión con la historia geológica de la región. Los senderos, disponibles para caminatas, ciclismo de montaña o recorridos en vehículo todoterreno, atraen a aventureros y amantes de la naturaleza.


Sin duda, San Juan Nuevo muestra que el manejo forestal comunitario puede ser sustentable, rentable y justo, combinando conservación con desarrollo económico. Su éxito radica en la unión de la comunidad, la planificación a largo plazo y el rechazo a modelos extractivistas que dañan el medio ambiente. La clave está en que la comunidad es dueña de sus recursos, los aprovecha responsablemente y distribuye los beneficios de manera justa.

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