MÚGICA 19/08/25
Crónica| Titánico trabajo para cerrar la herida en la Cuatro Caminos-Apatzingán
RED 113 MICHOACÁN/Redacción
Múgica, Mich.- 19 de agosto de 2025.- El rugido metálico de la retroexcavadora rompe hoy el
silencio que dejó ayer el socavón en la carretera Cuatro Caminos-Apatzingán.
Desde temprana hora, una cuadrilla de trabajadores, con chalecos fosforescentes
y palas en mano, se arremolina alrededor del boquete que la lluvia y la fuerza
del agua abrieron en el asfalto, justo a la altura del kilómetro 177.
El cráter negro de seis
metros de ancho por seis de largo parece una herida abierta en el camino, y
frente a él se organiza una especie de quirófano improvisado.
Costales con tierra,
montones de grava y maquinaria pesada que entra y sale, retirando escombros,
retirando bloques de pavimento que ayer aún formaban parte de la carretera.
Los ingenieros calculan
que el proceso tardará entre cinco y ocho días, siempre que las lluvias den
tregua. "Lo más importante es estabilizar el terreno antes de
rellenar", se escucha comentar a uno de los técnicos mientras señala la
corriente turbia que todavía circula por debajo.
La Guardia Nacional
mantiene el resguardo de la zona y con conos naranjas delimitan el paso. Apenas
se ha podido habilitar un carril, lo que obliga a los automovilistas a avanzar
con paciencia, en unifila, bajo la supervisión de los oficiales que regulan el
tránsito.
Muchos otros prefieren
las brechas alternas, caminos polvorientos que se han vuelto la alternativa
para no quedar atrapados en la espera. Donde se exponen a averías o asaltos.
Los conductores,
resignados, observan con atención desde sus ventanillas. Algunos bajan el
vidrio y lanzan frases de ánimo a los trabajadores: “¡Échenle ganas, que urge
este camino!”. Y es que esta carretera no solo conecta a comunidades enteras de
la Tierra Caliente con la autopista Siglo XXI sino que es una arteria vital
para el comercio regional.
El sol de mediodía cae
implacable sobre los cascos de seguridad, mientras paladas de tierra y rocas
van rellenando poco a poco la cavidad. El boquete aún luce imponente, pero ya
no está abandonado. Ahora es un campo de batalla contra el tiempo y contra la
naturaleza.
La imagen es clara, donde
ayer hubo desconcierto y cierre total, hoy hay organización y trabajo ininterrumpido.
El socavón no será fácil de vencer, pero con cada maniobra de la
retroexcavadora, con cada costal colocado, la carretera Cuatro
Caminos-Apatzingán comienza a recuperar su pulso.