viernes, 5 de septiembre de 2025

Chuspata, el tejido del lago que mantiene viva la tradición artesanal de Michoacán

 Chuspata, el tejido del lago que mantiene viva la tradición artesanal de Michoacán



*En las orillas del Lago de Pátzcuaro, familias enteras transforman la planta acuática en canastas, muebles y arte popular, pese a la falta de apoyos institucionales


Redacción 


Pátzcuaro, Michoacán, 05 de septiembre de 2025.- Entre los juncos que crecen a la orilla del Lago de Pátzcuaro florece una de las tradiciones artesanales más representativas de Michoacán: el tejido de chuspata. Esta planta acuática, parecida al tule, es recolectada, secada y transformada por manos artesanas en canastos, tapetes, muebles, figuras decorativas e incluso esculturas de gran formato.


Comunidades como Ihuatzio, Tzintzuntzan y Santa Fe de la Laguna han hecho del trabajo con chuspata una actividad económica y cultural que se transmite de generación en generación. Para muchas familias, la recolección y el tejido representan no solo una fuente de ingresos, sino también un vínculo directo con la naturaleza y con la historia del lago, que desde tiempos prehispánicos fue proveedor de fibras vegetales para la vida cotidiana.


El proceso artesanal es laborioso: primero se corta la planta en temporada seca, después se extiende al sol durante varios días para obtener la textura adecuada, y finalmente se teje a mano con técnicas que combinan fuerza y delicadeza. Cada pieza es única y refleja tanto la creatividad individual como la herencia colectiva de la comunidad.


Sin embargo, los artesanos enfrentan retos crecientes. La disminución de la chuspata en algunas zonas del lago, la competencia de productos industrializados y la falta de canales de comercialización justa han puesto en riesgo la continuidad del oficio. A pesar de ello, los talleres familiares resisten y buscan nuevas formas de promoción, desde ferias artesanales hasta la venta directa a turistas nacionales e internacionales.


Especialistas en cultura popular señalan que la chuspata no solo es materia prima, sino símbolo de identidad y resistencia. Cada canasto o silla tejida cuenta la historia de un pueblo que, frente a las dificultades, mantiene viva la creatividad y el orgullo de ser michoacano.


Comprar una artesanía de chuspata es, en ese sentido, más que adquirir un objeto: es apoyar la preservación del lago, de los saberes comunitarios y de un arte que sigue latiendo en las orillas de Pátzcuaro.

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