lunes, 22 de septiembre de 2025

Día de Asueto | Instituto de Protección Animal, el descrédito político de una noble institución

 Día de Asueto | Instituto de Protección Animal, el descrédito político de una noble institución



Columna por Rosamaría Sánchez Rincón


Morelia, Michoacán.- Mi Lupe andaba retranquila, hasta se sentía la TopChef de las morelias, bien metida en la cocina, pero hoy de plano, desenterró el hacha de guerra y anda que no la calienta ni el sol. 


El motivo de su enojo: la falsa defensa que hizo una regidora del Instituto de Protección Animal, que más parece revancha política en contra de quien hoy día es titular de esa dependencia municipal: la experredista Minerva Bautista. 


Agárrese porque el chisme está bueno. Primero fue la vergüenza ajena de ver en qué están convirtiendo algunas personas (por no decirles regidores), al Cabildo de Morelia. Se gritan, se ofenden, se traicionan. Lo hacen circo, maroma y teatro, pero de esos que andan por los pueblitos sin quemar sus estrellas más preciadas. No saben leer sus posicionamientos, alguna de ellas, incluso, ni siquiera los redacta, se los manda el novio tres minutos antes de cada sesión y la pobre sólo hace el ridículo al pretender presentarlos. Morelia pues, les vale tres cuartos de chorizo.


Y antes de que empiecen a joder, no, no es violencia política, ni de género ni vicaria ni de nada. Es un “ya basta” a esta pobreza intelectual y laboral de quienes tienen entre sus manos impulsar políticas públicas en la capital michoacana, que deriven en mejores condiciones de vida de la población que aquí habita, incluidos los animales. Pa eso los votaron.


Por eso la dichosa defensa del Instituto de Protección Animal que presume Lucila Martínez, indigna a propios y extraños, y es que la doña acusa, sin dar nombres, que se pretende lucrar con los cobros “exce-si-vos” que planteó el Instituto en su apartado de la propuesta de Ley de Ingresos 2026 del ayuntamiento de Morelia.


En su autonombrada “postura firme y con sentido crítico”, dijo exhibir cómo el instituto pretende incrementos de hasta el 600 por ciento en los costos de los servicios que brinda. Ahí, le prendió la mecha a mi mucama sagrada. 


Ojo de loca no se equivoca: es evidente que el tema del Instituto le vale a algunos dos centímetros de verdura. Es evidente también que el tema es joder y desacreditar el esfuerzo no de Minerva Bautista, sino de decenas de hombres y mujeres que han llegado a exponer sus vidas para salvar vidas animales.


En la sesión extraordinaria de Cabildo, la del PRD gritó, porque gritó, no levantó la voz, gritó, le gritó a la abanderada de Movimiento Ciudadano, Kathia Elena Ortíz Ávila, que ella sí investigaba y que ella sí se informaba y que ella sí hacía las cosas, y pos mi Lupe dice que no y yo, la neta, le creo más a mi Lupe que a la otra que hoy cobra religiosamente en el Cabildo como parte de una planilla a la que primero rechazó (a mi Lupe no se le olvida que fue la única que en el Consejo perredista votó en contra de apoyar a Alfonso Martínez en su candidatura de reelección). No nenis, aquí sí hay memory time.


Y como mi pecho no es bodega y a mi Lupe le choca, harto, eso de abanderar causas con mentiras disfrazadas de verdades, le voy a platicar algunas realidades del Instituto de Protección Animal, datos que cualquiera que tenga dos centímetros de ganas, puede checar personalmente en el propio centro. Digo, si van a hablar de algo, mínimo dense antes una vuelta y sirve que saludan a Panchito, el gordito peludo que se la pasaba dormido en la entrada de los consultorios.

 

Sabían que Morelia es el único municipio en Michoacán que brinda servicio de atención médica a suaves lomitos, principalmente perros y gatos. Sí, el Instituto de Protección Animal ya no es la perrera y matadero de antes, hoy es un instituto que dignifica la vida y muerte de especies animales y eso será mejor todavía cuando se acabe de construir la clínica veterinaria pública que operará en la capital michoacana.


Lo que la autoproclamada defensora presupuestal no dijo, cuando habló de incrementos “inaceptables” en los costes de los servicios, es que esos precios se vienen arrastrando desde hace años, nadie se había preocupado de actualizarlos y por ello, parecieran desorbitantes y le pongo un ejemplo o varios:


Las desparasitaciones costaban 9 pesos, sí, nueve pesos (y nunca tenían el medicamento). En el ajuste se plantea un incremento a 200 pesos; en veterinarias particulares, el costo mínimo es de 250 pesos y de las marcas más jodinez.


Otro ejemplo. Si usted, queridísimo amigo o amiga de mi Lupe, tiene perros o gatos, sabe que una esterilización le sale como mínimo en 500 pesos, si es raza pequeña o si es macho. En el instituto, antes costaban poco más de 200 pesos y a partir del 2026, quedarán en 350 pesos.


Lucila Martínez puso como referente a la Facultad de Medicina Veterinaria de la UMSNH y su área de servicio médico. Mi reina, date una vuelta, sí, tienen aparatos bien chidos y estudiantes de primera, pero es carísimo!!! Sobre todo en temas de cirugías.


El último ejemplo que le voy a poner, es el dichoso chip subdérmico para localizar a la criatura cuando se suelta de la correa, que si usted va a un consultorio privado, se lo colocan mínimo en 2000 varillos y acá, en el ayuntamiento, es gratis.


Un tema que no dijo la regidora también y quizá porque no lo sabe, es que la mayor parte de los servicios que brinda el instituto se condonan, es decir, hay precios marcados, pero, en el 80 por ciento de los casos, se brindan de manera gratuita, sobre todo a animalitos maltratados, abandonados, utilizados pa cristianos y/o dejados a la buena de Dios.


Mi Lupe se indignó mucho con el tema porque el centro parecía clínica de Secretaría de Salud: nunca tenía medicamentos. Hoy tienen vacunas, desparasitantes y esterilizan que es un gusto y, repito, en más del 80 por ciento de los casos, son servicios sub-si-dia-dos, aunque todavía tiene muchas carencias.


En los últimos cinco años, en Morelia se han realizado más de 20 mil esterilizaciones en campañas y en servicios directos del instituto, gratuitas. Hay estados, es-ta-dos que presumen que en una administración completa (seis años) hicieron 10 mil de estos servicios, en Morelia, municipio, ya rebasaron los 20 mil y gratis.


Y pa terminar, le voy a platicar otra cosa: los incrementos, los precios, los costos, los ingresos por esas causas no entran directos a la caja chica del IMPAC, sino a las arcas municipales, ¿por qué sembrar cizaña?


Tengo una amiga que es rescatista, que se trepa a azoteas -valiéndole maus que sea ilegal- para salvar vidas animales; que tiene mil mordidas en el cuerpo. Que no duda en abrazar a un peludito en desgracia y darle todo el amor que le ha sido negado y me dijo algo muy cierto: “en lugar de atacar y descalificar, mejor que se informe, que pregunte qué necesita el instituto y que abrace el activismo animal, muchos se lo agradeceríamos de corazón, que deje la revancha política de lado”. Ya le seguiré contando.

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