martes, 25 de noviembre de 2025

Mariela: historia de una mujer michoacana que decidió romper el silencio

 Mariela: historia de una mujer michoacana que decidió romper el silencio



Redacción


Morelia, Michoacán, 25 de noviembre de 2025.-Mariela nació en un pequeño pueblo de Michoacán, rodeada de montes verdes, bugambilias y el sonido de las campanas del templo que marcaban las horas. Desde joven soñaba con ser enfermera, pero la vida la llevó por otro camino: se casó a los 20 años con quien creyó que sería su compañero para siempre. En poco tiempo llegaron sus dos hijos, y con ellos la esperanza de construir un hogar lleno de cariño.


Pero lo que comenzó como una vida sencilla y tranquila se fue nublando. Primero fueron los celos disfrazados de amor. Luego, los gritos. Las humillaciones. Las puertas que se cerraban con fuerza. Las noches de silencio y miedo. Las disculpas que ya no significaban nada.


Mariela dejó de reconocerse. Vivía atrapada entre el deseo de proteger a sus hijos y el temor de que todo empeorara. Como muchas mujeres, pensó que la violencia era “parte de la vida”, que ella podía soportarlo, que no tenía derecho a pedir más.


Hasta que un día, después de un episodio especialmente doloroso, su hija de ocho años le tomó la mano y le dijo en voz baja:


—Mamá, ¿por qué estamos tristes si podríamos ser felices?


Esa frase abrió una grieta en la oscuridad.


Con miedo, pero también con una fuerza que apenas empezaba a descubrir, Mariela buscó ayuda en una vecina, quien la llevó a un Centro LIBRE para las mujeres. Allí, por primera vez, alguien le dijo con claridad:


“Lo que estás viviendo no es tu culpa. Y no estás sola.”


Le ofrecieron acompañamiento legal, psicológico y un espacio seguro. Mariela denunció. Temblando, pero denunció. Poco a poco reconstruyó su vida, encontró trabajo en una pequeña clínica y con el tiempo logró que sus hijos crecieran lejos del miedo.


Hoy, años después, Mariela comparte su historia en talleres comunitarios para que otras mujeres sepan que sí hay salida, que sí hay apoyo, que sí es posible volver a respirar en paz.


En este 25 de noviembre, su mensaje se escucha fuerte: “Que nadie te diga que lo mereces. Que nadie te haga creer que no puedes salir. Somos muchas. Estamos juntas. Y merecemos vivir sin miedo.”

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