lunes, 29 de diciembre de 2025

Michoacán de Origen: cuando la identidad también impulsa la economía

 Michoacán de Origen: cuando la identidad también impulsa la economía



Alejandro Martínez Castañeda


Morelia, Michoacán, 29 de diciembre de 2025.-La apertura de la tienda “Michoacán de Origen” en pleno Centro Histórico de Morelia no es un hecho menor ni un simple acto comercial. Se trata de una decisión estratégica con implicaciones económicas, culturales y sociales, que refleja una visión de desarrollo donde la identidad local deja de ser discurso para convertirse en motor productivo.


Ubicado en la casona anexa al Teatro Mariano Matamoros, este nuevo espacio permanente reúne a decenas de marcas locales y más de 800 productos certificados, que van desde alimentos tradicionales hasta textiles y artesanías de alto valor agregado. La diversidad de precios —desde productos accesibles hasta piezas artesanales de mayor costo— confirma que el proyecto no está pensado solo para un nicho turístico, sino para democratizar el acceso al consumo local y consciente.


La marca “Michoacán de Origen”, como distintivo oficial del Gobierno del Estado, cumple aquí una función clave: dar certeza, respaldo y visibilidad a productores que históricamente han enfrentado barreras para acceder a mercados formales. El sello no solo garantiza calidad y autenticidad; cuenta historias, preserva tradiciones y convierte el trabajo local en un bien cultural y económico reconocible.


En un contexto donde las economías regionales compiten de manera desigual frente a grandes cadenas y productos estandarizados, este tipo de iniciativas representan una política pública inteligente: fortalecen el emprendimiento, incentivan la producción local, generan valor en origen y fomentan un consumo que reconoce el trabajo detrás de cada producto.


Más allá de los anaqueles, la tienda “Michoacán de Origen” funciona como una ventana viva del estado. Cada marca expuesta es un testimonio de creatividad, resistencia y arraigo territorial. Productos como la charanda, el mezcal, las botanas, la repostería o los textiles pintados a mano no solo se venden: afirman identidad y orgullo.


El reto ahora será sostener y ampliar este modelo: garantizar procesos transparentes de certificación, acompañamiento continuo a productores y una estrategia que permita llevar esta experiencia a más espacios y mercados, dentro y fuera del estado.

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