Rebozos de Michoacán: tradición viva que se fortalece desde la FIL Guadalajara
Alejandro Martínez Castañeda
Morelia, Michoacán, 01 de diciembre de 2025. — La edición Rebozos de Michoacán, presentada por Artes de México en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, reunió a investigadores, artesanas y autoridades educativas en torno a una de las expresiones textiles más importantes del estado. El volumen, impulsado por la Secretaría de Educación de Michoacán (SEE), encabezada por Gabriela Molina, documenta la diversidad técnica y cultural del rebozo como patrimonio vivo. La obra integra la investigación de Amalia Ramírez y Eduardo López, quienes han estudiado la historia, los procesos de tejido y las características regionales de esta prenda tradicional.
Durante el evento, se rindió homenaje a las creadoras que mantienen vigente el arte del rebozo. La maestra rebocera Bertha Estrada Huipe, originaria de San Matías Ahuirán, municipio de Paracho, participó con una muestra de usos tradicionales y contemporáneos. Estrada forma parte de una familia con varias generaciones dedicadas al telar de cintura, técnica ancestral que implica meses de trabajo y la intervención manual en cada etapa, desde el urdido hasta el anudado de los característicos flecos o rapacejos.
Los rebozos michoacanos destacan por su diversidad regional: comunidades como Ahuirán, Aranza, Angahuan, Tzintzuntzan, Tingambato y zonas ribereñas del Lago de Pátzcuaro conservan patrones, materiales y estilos propios. Su elaboración puede incluir algodón, lana o fibras más finas, teñidos tradicionales y diseños que identifican la procedencia de la pieza. Para muchas comunidades indígenas, el rebozo continúa siendo un símbolo de identidad y pertenencia cultural.
De acuerdo con el INEGI, más de 290 mil personas en Michoacán están vinculadas a actividades artesanales, lo que señala la importancia económica y social de estos oficios tradicionales. En este contexto, el rebozo representa no solo un arte textil, sino también una fuente de ingresos para cientos de familias que dependen de su producción.
Sin embargo, el sector enfrenta retos persistentes, entre ellos el plagio de diseños y la competencia de productos industriales. Comunidades como Ahuirán han denunciado la reproducción no autorizada de sus patrones por parte de marcas comerciales, lo que afecta la autenticidad y el valor de las piezas artesanales. Para atender esta problemática, se han impulsado marcas colectivas y certificaciones, aunque artesanas han señalado que aún se requieren mecanismos más eficaces de protección y acompañamiento legal.
La edición presentada en Guadalajara busca fortalecer el reconocimiento nacional del rebozo michoacano y promover acciones que garanticen su preservación. Con iniciativas editoriales, espacios de exhibición, ferias artesanales y programas de comercialización, la tradición textil del estado continúa tejiéndose entre generaciones y consolidándose como una de las expresiones más valiosas del patrimonio cultural de Michoacán.

