MORELIA 07/12/20
"Mujeres de fortaleza, en la vida política"
RED 113/ Por Carintzi Llanito
Morelia, Mich.- 07 de diciembre de 2020.-
Hoy, los tres poderes y los tres ámbitos de gobierno; los partidos políticos,
los organismos electorales y la sociedad tenemos la obligación de responder al
desafío de incrementar la participación política de las mujeres, no sólo porque
es un derecho que nos corresponde, sino porque el desarrollo y el bienestar de
la nación así lo exige, necesitamos más Gobernadoras, senadoras, diputadas,
presidentas municipales, síndicas y regidoras comprometidas con la agenda de
género a nivel local, nacional e internacional a fin de que la participación
política de las mujeres no sea simplemente descriptiva, sino que se convierta
en una representación sustantiva a través de la cual las mujeres tengan una
mayor participación en la construcción de la agenda política nacional
La aparición del feminismo como movimiento social
portador de un nuevo discurso sobre la política, cuestionó tanto las
estructuras del poder político como las formas de hacer política y marcó un
parteaguas tanto en la manera de concebir la política y lo político, como los
alcances y límites de la participación de las mujeres en la política formal,
siendo numerosas, y demasiado arraigadas, las barreras que obstaculizan el empoderamiento
de las mujeres y su participación en los espacios de poder. No se trata sólo de
“querer estar” sino de “poder estar” presentes en la toma de decisiones que
afectan la vida cotidiana de hombres y mujeres así como de los sectores
vulnerables.
Los escenarios municipales, que actualmente han sido
fortalecidos por los procesos de descentralización como motores del desarrollo,
no han favorecido el perfeccionamiento democrático que, paradójicamente,
pudiera ser más propicio en el ámbito municipal. A menor escala territorial,
más invisibilidades se reproducen y las mujeres generalmente sufren la mayor
relegación, quedando desplazadas a la esfera privada, en tanto la política
sigue concibiéndose desde la perspectiva de unos cuantos.
No es menor su trabajo al de autoridades regionales o
nacionales. Por el contrario, en el nivel municipal las luchas son profusas,
tanto por el trabajo que deben desempeñar como gestoras del desarrollo local y
los grandes retos que ello implica, como por las trabas que deben sortear para
consolidar sus liderazgos y demostrar sus valías en ámbitos predominantemente
masculinizados.
Está claro que la principal condición para que una
mujer llegue al poder es que esté interesada en alcanzarlo. La carrera política
no es una imposición sino una vocación por el compromiso social y visión del
desarrollo colectivo que debe surgir en las propias personas, o bien ser
estimulado.
En el caso de muchas mujeres, la participación
política no es un tema prioritario cuando deben enfrentar situaciones de
pobreza, desempleo, carga familiar, violencia intrafamiliar, entre otras cosas.
Pero es cierto también que muchas de estas cuestiones son las que han
movilizado a las mujeres en búsqueda de soluciones. Esa movilización, que se ha
trasladado al plano público, es la que les ha permitido a la vez “darse cuenta”
de sus capacidades y aptitudes como gestoras sociales del bienestar.
Y una vez en el poder, las mujeres tienen formas
distintas de entenderlo, de ejercerlo y de gerenciarlo. Encontrando entre las
principales:
- Más facilidad para la organización,
- Mayor sentido del compromiso y la responsabilidad, -
mayor sensibilidad para con las cuestiones sociales,
- Mayor búsqueda de consenso por parte de las mujeres,
- facilitan la participación ciudadana, - mayor ética y honestidad,
- Estilo de liderazgo más democrático,
- Enfoque menos personal y más social,
- Son más prácticas, ejecutivas y resolutivas al tomar
decisiones,
- Administran
mejor los recursos,
- Mayor vocación de servicio público, entre otras.
La mujer tiene que prepararse, Estoy segura que la
capacitación es fundamental, especialmente cuando tenemos la posibilidad de
participar en el campo político que es complejo; cuando estamos preparadas,
aunque seamos menos en número, podemos ser más, en base a nuestro accionar,
siendo propositivas, argumentando con razonamientos que nazcan de la
participación ciudadana y que se sustenten en estudios y experiencias de los
gobiernos locales. Para mí la formación en gestión de gobiernos locales ha sido
una fortaleza que realmente me ha permitido, estar de frente y hombro a hombro
con los sectores mas necesitados, visibilizar la participación de las mujeres y
de los grupos vulnerables, además de contribuir en la disminución de sus
padecimientos, me ha permitido conocer la necesidad de primera mano de la
población así como su sentir, por lo que estoy segura de que nuestra inclusión
en la vida política nos permitirá permear en todos los sectores.