sábado, 6 de abril de 2019

Amor con amor se paga: en la gira de AMLO, ganó Michoacán


Amor con amor se paga: en la gira de AMLO, ganó Michoacán



RED 113 MICHOACÁN/Redacción



Morelia, Mich.- 6 de abril de 2019.- Y ganó Michoacán. A pesar de los que llegaron con ganas de sangre y fuego, Silvano Aureoles supo tejer y apaciguar los ánimos por el bien del Estado que gobierna y con Andrés Manuel López Obrador, privilegió la nueva ruta de trato, una donde ya no caben los abucheos y sí los gritos de “Michoacán, Michoacán, Michoacán”. Una donde se comenzó a construir el entendimiento que la entidad necesita para salir adelante.



Fue aquí, en la tierra de los héroes que tanto admira el presidente de México, la tierra en la que Silvano Aureoles inició su lucha en el 2018 para resolver el grave problema financiero que arrastra el estado, derivado del alto costo que le representa el pago a maestros, el lugar donde finalmente López Obrador lo anunció: su gobierno absorberá el pago de la nómina magisterial.



Así, Andrés Manuel le puso fin a un problema que alimentaba la rispidez en la relación y el de Carácuaro, humilde, le reconoció al de Tabasco, “un aplauso para el Presidente”, pidió en el Coloso del Morelos y los michoacanos respondieron, así como saben ser: agradecidos y solidarios.



Las gracias no se quedaron en ese lado. También el presidente aplaudió el compromiso y trabajo de Aureoles Conejo y con ello, rompió de tajo el ánimo de quienes llegaron con las cartulinas y las consignas aprendidas de memoria, cual escolar de primaria intentando que las tablas de multiplicar se queden atoradas en el cerebro. “Silvano, Silvano, Silvano”, gritaban entonces con más confianza.



De nueva cuenta, Michoacán, el único bastión del perredismo en México, se posesiona en el ánimo nacional, al marcar la pauta no solo de lo que deben ser las giras presidenciales, con vítores y no trancazos. Con porras y no abucheos. Trabajando y no denostando.



Así lo pidió de frente el presidente desde su paso por Zacapu, un día antes, “ya chole de tanto pleito”. Así inició su gira sabatina en Uruapan y luego lo repitió en Morelia: “ya estoy hasta el copete con los pleitos (…) se acabaron, vamos a unirnos todos, vamos a trabajar coordinados, por el bien de Michoacán” y el de Carácuaro sonrió, amable, y aplaudió.



El logro silvanista, permitió también abrir la puerta para que otras entidades federativas que enfrentan la misma problemática generada por el cobro político de los centistas, como Guerrero y Oaxaca, puedan iniciar la sanación de sus lastimadas finanzas públicas, bajo un nuevo esquema de trabajo, más equitativo y menos sangrante para sus limitados presupuestos.



En sincronía a lo que se viene trabajando en Michoacán, el anuncio del presidente de México no llegó de a gratis: sí, les dijo a los maestros, a los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que tanto desprecian la Reforma Educativa; “sí la voy a derogar”.



Pero también fue claro al asumir y ratificar el compromiso de federalizar su nómina y garantizar así quincenas, prestaciones y bonos: “vamos a hacer un censo” y en esa lista de privilegiados no caben los trabajadores irregulares ni los aviadores; más claro: hay apoyo y hay dinero, hay lo que quieran, pero dentro de la norma.



Se acabaron los motivos para que la CNTE abandone las aulas y salga a las calles so pretexto de luchar por sus derechos; se acabaron para Michoacán las deudas históricas con rezagos de más de 5 mil 200 millones de pesos al año, por no tener para pagarle a los docentes.



Silvano lo dijo entonces: “con su decisión, señor presidente, se avizoran buenos tiempos para Michoacán, empezando por el fin del conflicto magisterial” y los michoacanos le respondieron a Andrés Manuel con aplausos y gritos de apoyo.



“Amor con amor se paga, yo los quiero mucho y sé que ustedes también”, les decía el de Tabasco al gobernador anfitrión y a los hijos de los purépechas; y en su segunda gira como presidente a tierras michoacanas, en el segundo de los dos días donde puso en marcha diversos programas educativos y sociales, en cada una de las tres ciudades visitadas, la reconciliación, por fin, se edificó en el entendimiento.
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